Reflexiones desde el zoológico

Hola,
El otro día con Javiera visitamos el zoológico del cerro San Cristobal. Desde que salí de casa tenía claro que iba a buscar imágenes algo tristes, donde se representara a animales encerrados, sin esperanza. Lo cierto es que el zoológico no está mal, los animales tienen bastante espacio y el zoológico realiza proyectos de conservación importantes para varias especies nativas como el pingüino de Humbolt. El espacio destinado a los elefantes era claramente muy pequeño para estos animales que recorren grandes distancias, al igual que un rumiante de grandes cuernos y cuyo nombre no recuerdo.
Para lograr la expresividad de las fotos se recurre a imágenes sin color, mediante un perfil de blanco y negro realizado desde la cámara y fotos en las que quedan evidentes las verjas y cercas que encierran a los animales. Además se emplean recursos como el aislamiento (en el caso del chimpancé). Para ello el sujeto ocupa una parte pequeña del encuadre y el resto es un fondo carente de elementos. Para el elefante se opta por una abstracción en la que se emplean los puntos óptimos de anclaje del sujeto de José b. Ruiz. En este caso se opta por el punto derecho superior, el de mayor tensión visual por ser desequilibrado y del lado contrario al que iniciamos la lectura.








Día de pajareo en el parque Mahuida

Hola,
Hoy Javiera y yo hemos salido al parque Mahuida one more time. El día ha salido nublado posibilitando hacer fotos todo el día con una luz que me gusta mucho por su suavidad. Bastante diversidad de aves hoy y muchas fotos, al final 23 han pasado la revisión. Especies nuevas que he visto hoy:
- Rara: Es una especie bastante común pero no la había visto aquí arriba. Un macho me ha dejado acercarme mucho y hacerle varias fotos.

-Peuco: Primera vez que veo uno. Lamentablemente este lo he visto de lejos pero me parece precioso. En este caso un adulto.


Otro subidón ha sido hacer fotos a una turca. Primeras fotos que consigo. Todavía se pueden mejorar.

Además a la entrada del parque hemos podido hacer fotos a una hembra de carpinterito que estaba muy tranquila

Y además Loicas, tordos, tencas y yales












Nos vemos!

Parque Mahuida y nuevo blog

Hola, en esta ocasión voy a hablar de un lugar al que estoy yendo casi todos los fines de semana. Se trata de un parque natural ubicado en la precordillera de Santiago. Yo suelo ir en transporte público, por lo que pierdo bastante tiempo para llegar hasta allí, pero también es una suerte no necesitar un coche. Por otra parte me he comprado un Nikkor 200-500mm f5,6, un gran teleobjetivo que quería desde que empecé a hacer fotos. Hasta ahora no tenía dinero suficiente como para gastarlo en un objetivo caro como este, pero el disfrute que me está dando ha valido muchísimo la pena. Total que entre el objetivo y la cercanía a este parque, estoy muy motivado con la fotografía. Nunca había salido con tanta frecuencia a fotografiar y claro, se nota en la cantidad de encuentros con fauna que se tienen. Ayer fue un día muy especial. El tiempo estaba desagradable, frío, muy nublado y caía un calabobos, pero estaba muy animado y decidí salir pese a todo. Cuando llegué vi que había poca gente y los que quedaban andaban de retirada. Cuando llegué al comienzo de la subida, preparé la cámara junto al teleobjetivo, medí la luz (bastante mal por cierto) gracias a un cartel blanco y comencé la subida. En la zona de los quinchos encuentré una rapaz que nunca había visto posada en un boldo y conseguí fotografiarla antes de que saliera volando.
Resultó ser un aguilucho de primer año. Con una sonrisa seguí hacia arriba. El objetivo que tenía ese día era el de fotografiar degus, un roedor bastante grande típico de la zona central de Chile. Como siempre que me pongo un objetivo de ese tipo, fracasé. Al poco rato, todo se llenó de niebla, dando un aspecto muy distinto al habitual al parque. En un momento dado, cuando estaba preparando todo para fotografiarlos junto a sus madrigueras me alejé para echar una meadilla. Mientras estaba en acción apareció un zorro, el cual ni siquiera estaba atento a mi presencia y se asustó un poco. Nos quedamos mirandonos a apenas 2 metros ¡y yo sin la cámara!. Cuando fui a por ella, el zorro ya no estaba, como era lógico. Después de una desesperante espera a los degús mientras escuchaba a un carpinterito y unas turcas cercanas emprendí el camino de vuelta donde aproveché a fotografiar el paisaje, muy favorecido por la niebla, y una joven amancay que encontré en un rincón llena de gotas de agua. Pese a no haber visto ni un degu, fue un gran día.


Además de esto he iniciado un nuevo proyecto. Se trata de fotografiar toda la fauna posible en un año en lugares cercanos a Santiago y en parques dentro de la ciudad. La idea es tratar de que en Santiago se conozca la fauna que nos rodea (aunque no lo lee nadie) y mejorar en mi fotografía de fauna. Por ello he creado este blog.
Un besín

El revelado casi acaba con mis fotos

Hola, nunca pensé que retomaría este blog. Ahora veo las entradas publicadas complejas y mantener ese tipo de publicación demasiado ambicioso, si quiero mantener una continuidad, debo hacer entradas más simples y más centradas en las fotos. Estuve a punto de borrarlo pero habría implicado abrir un nuevo blog, buscar un diseño, etc. Por ello convertiré este en un blog personal para mostrar las fotos y vivencias en el campo haciéndolas.
Esta semana pasado he tenido una especie de revelación. Cuando abrí este blog, el procesado que hacía a las fotos era casi mínimo, empleando el software de Nikon para revelar las fotos. Es un software muy limitado pero en ese momento no me importaba. Después, a raíz de pasar un tiempo (unos 2 o 3 años) haciendo muy pocas fotos, empecé a darles vuelta reprocesándolas con complejos procedimientos mediante máscaras de luminosidad en photoshop. En este tiempo logré profundizar mucho en el manejo de estas técnicas y empecé a descuidar la captura pensado que el proceso de captura era una especie de toma de muestras para después someterla al revelado. Pues bien, sin darme cuenta empecé a empeorar técnicamente, a ser más descuidado a la hora de la captura y disfrutando menos el proceso de la toma de fotografías. Dejé de emplear técnicas como la black card que tanto me hacía disfrutar en el campo, arriesgar menos en las composiciones, pensando que después venía la magia. Gran error, esa magia no sucede con fotos malas. De esto me dí cuenta a la vuelta de unas vacaciones en la patagonia en la que dediqué poco tiempo a tomar las fotografías pensando en realizar HDRs que me solucionasen las complicadas escenas de luces encontradas. El resultado, fotos muy mejorables y largas horas a emplear al ordenador. Por alguna razón me animé a usar otra vez el Capture NX-D de Nikon y pude conseguir resultados rápidos sin cacharrear tanto como lo hacía sin photoshop. Aunque el momento verdaderamente interesante fue al procesar esta foto, o al menos una similar, del mismo bosque.

Lo que hizo de esta foto un punto de inflexión, fue cuando cambié el contraste en los ajustes de las preferencias de la cámara, es decir, la configuración de la cámara que lee el programa. Bajé el contraste al máximo y el resultado fue exactamente lo que estaba buscando y caí en la cuenta que hasta ese momento había contrastado en exceso todas mis fotografías hasta este momento. Y por otra parte me dí cuenta de que el tiempo de revelado podía reducirlo al mínimo posible, que de la cámara podía salir la imagen prácticamente procesada y de esa forma pasar mucho menos tiempo frente al ordenador. Por sorpresa este hecho me ha provocado una renovada motivación por la fotografía especialmente de naturaleza. Ha sido como decía, una especie de revelación. La fotografía de naturaleza es lo que más me motiva, lo que es más natural para mi. Sé que no es la más inteligente, ingeniosa y en muchas ocasiones no la considero ni siquiera fotografía en mayúsculas. Es facilona de ver, no requiere gran inteligencia por parte del expertador, ni ironía por parte del autor. Pero es la que más me hace disfrutar, en la que me siento muy yo y no una persona que trata de ser algo que no es. Eso me lleva a retomar este blog y a compartir mis fotos sin demasiada vergüenza. Sé que no soy fotógrafo, sólo alguien que hace fotos y se lo pasa bien haciendo, nunca revolucionaré nada ni provocaré admiración, incomodidad o reflexión. Haré algunas fotos que hace todo el mundo y las puedes encontrar en google y también buscaré encuadres arriesgados aunque fracase estrepitosamente. Me arrastraré por el suelo, me mancharé, me esconderé detras de arbustos a la espera de pájaros que es lo que me encanta hacer. Ya no procesaré más fotos de otros años, lo hecho hecho está y las nuevas fotos saldrán casi terminada de la cámara y empezaré a compartirlas más, porque total solo soy un tío que hace fotos mediocres. Aquí unas cuantas fotos salvables del montón de mierda que traje del viaje a la patagonia. Para aligerar el rollito.
Venga hasta luego.




















Ziripot, Txatxus y Miel Otxin

Esta entrada no tiene nada que ver con la fotografía de la naturaleza, pero sin embargo, si va muy bien con el título del blog. El fin de semana pasado estuve en el carnaval de Lantz, un acontecimiento que me encanta y que sin embargo hacía mucho tiempo que no visitaba. Traté de plasmar el ambiente colorista, movido y misterioso mediante fotografías y más tarde se me ocurrió escribir una especie de pequeño relato para acompañar las fotos. He tomado la información acerca de la historia de los personajes de la web de la villa de lantz y me ha sorprendido la del Ziripot, el narrador de esta historia:

Aquella fría y aburrida tarde de invierno me disponía a buscar alguna patata de entre los sacos amontonados en el pajar que callara mis hambrientas tripas, cuando llamaron a la puerta.
-Abre Ziripot, somos nosotros-gritó un niño desde la puerta.
-Voy-Comencé a levantarme de la silla.
-¡Vamos viejo gordo!-gritó otro niño.
-Traemos huevos y leche-dijo un tercero
Les abrí la puerta y pasaron corriendo como ratones espantando a los roedores que olisqueaban y mordían las cestas vacías esparcidas por la casa.
-¡Cuentanos la historia del malvado Miel Otxin!-gritaron los niños sin dejar de saltar y correr.
Me ayudaron a sentarme y ellos lo hicieron a su vez en el suelo alrededor mía.
-¿Seguro que no preferís una historia de aventuras?
-Queremos oír la de Miel Otxin-respondió uno de los niños.
-Esta bien. La historia comienza una fría y lluviosa tarde de febrero como cualquier otra. Los pastores bajaban de los montes, los herreros echaban el cierre y todos nos íbamos a la posada a juntarnos a charlar y jugar a las cartas. Aquel día, los pastores bajaban más enfadados de lo normal. "No podemos seguir así, Miel Otxin nos ha vuelto a robar todo lo que llevábamos encima", "tendríamos que matarlo" "¿como voy a comer si todo lo que llevo del monte no llega a casa?". Los vecinos comenzaron a planear como capturarlo y matarlo y pronto todos se dirigieron a mi. "Ziripot, tu eres el más fuerte del pueblo, debes matar a Miel Otxin". Yo acepté, pues quería acabar con ese bandido de una maldita vez. Al día siguiente, en la posada, uno de los txatxus, como pasaron a llamarse los valientes vecinos que se revelaron contra Miel Otxin, vigilaba la casa de Miel Otxin. En ese momento todos los txatxus armados con horcas y palos y con la cara tapada salimos a la calle para capturar al malvado Miel Otxin.


Al acercarnos a su casa, su fiel caballo Zaldiko comenzó a agitarse y se soltó de la cuerda que le apresaba. Con el ruido, Miel Otxin salió de la casa y al ver  a todo el pueblo armado dispuesto a matarlo trató de huir. Zaldiko desbocado corría y me atacaba defendiendo a su malvado amo.


El caballo era una furia y en varias ocasiones me tiró al suelo, aunque los txatxus me ayudaban a levantarme.
Los herreros que nos acompañaban consiguieron someter a Zaldiko y colocarle las herraduras.

Ya nadie podía pararnos. Los txatxus corrían detrás de Miel Otxin para apresarlo. Miel Otxin trataba de huir pero los txatxos, ciegos de venganza no le dejaban y pronto acabó rodeado.
Miel Otxin fue llevado a la plaza donde le dieron muerte y lo quemaron. La felicidad del pueblo era enorme y pronto comenzaron los bailes en torno a las llamas que envolvían al malvado Miel Otxin, recuperando la alegría y la paz en el pueblo.


 


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